ESTUDIOS DE FRANJAS:
TRAZANDO UN FUTURO SUSTENTABLE
Con el inicio del primer Estudio de Franjas (EdF) “Entre Ríos-Pichirropulli”, que se extiende desde la región de Ñuble a la región de Los Ríos, pasando por Biobío y La Araucanía, empieza una nueva etapa participativa en la planificación territorial para futuras obras de transmisión. Es que los EdF son un mandato legal del Estado orientado a responder a la demanda ciudadana e indígena de los últimos años por participar de manera temprana en definiciones significativas para su modo de vida. Se trata, en suma, de un innovador y sustentable instrumento de política pública acorde a los mejores estándares internacionales.
Contexto: una transición energética sustentable
Chile hoy experimenta una profunda transformación en su matriz energética. Transitamos rápidamente hacia energías limpias, con nuevas plantas generadoras solares y eólicas que nos permiten usar nuestros abundantes recursos renovables. Al mismo tiempo avanzamos en retirar las centrales a carbón. Esta transición energética es fundamental para mitigar y adaptarnos al cambio climático, así como para mejorar el abastecimiento de energía a las comunidades.
Para que las nuevas plantas puedan llevar la energía producida hasta nuestros hogares y lugares de trabajo, necesitamos contar con más y mejores redes de transmisión. Con ese fin, el Ministerio de Energía realiza “Estudios de Franjas” buscando definir participativamente las franjas de territorio en las que se construirán los principales proyectos que nuestro país necesita.
Los EdF: un Antes y un Después
El 2016 fue promulgada la Ley de Transmisión que por primera vez entregó al Estado la facultad para definir la franja de territorio donde se podrán emplazar algunas de las nuevas líneas de transmisión.Para tomar esa decisión, a diferencia de lo que se hacía antes (cuando la decisión era de la empresa privada), ahora el Ministerio de Energía realizará un estudio orientado a buscar las mejores alternativas de localización contemplando las consideraciones ambientales, socio-culturales y las vocaciones productivas de los territorios.
Las principales innovaciones en pos del bien común del EdF consisten en incorporar una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), que es regulada por el Ministerio de Medio Ambiente, y una temprana participación social multi-actores: profesionales de los órganos de administración del Estado, ciudadanía (ONG, Juntas de Vecinos, Gremios y Académicos) y de los pueblos originarios acorde al Convenio 169.
El objetivo al abrir un diálogo con las comunidades locales será escucharlas para reconocer su mirada e identificar sus principales intereses y consideraciones, ya que ellas son quienes mejor conocen sus territorios.
Si bien el instrumento Edf es nuevo en nuestro país, este tipo de proceso con participación ciudadana y evaluación ambiental estratégica es habitual en el contexto internacional. A partir de las nuevas definiciones en la Ley de Transmisión, en el Ministerio de Energía se revisaron diferentes experiencias internacionales hasta asumir en Chile, con adecuaciones, una metodología desarrollada en Estados Unidos (EPRI-GTC).
Metodología con una «lógica de embudo»
El EdF consta de una metodología de 4 etapas en la que se va analizando participativamente con precisión el territorio. Su duración será entre 12 y 15 meses y lo desarrollará un equipo profesional multidisciplinario.
El EdF comienza con un área extensa (en el caso del primer estudio un polígono de 420 km de largo y aproximadamente 90 km de ancho), en la que se sistematizará la información ambiental y socio-cultural ya existente.
A partir de esa información territorial, junto con los antecedentes y valoraciones obtenidas en la EAE y en los talleres de participación ciudadana y de los pueblos originarios, se analizaran y representarán cartográficamente en la etapa 2 Corredores Alternativos (entre 3 y 7 km) hasta en la etapa 3, en esos mismos corredores, se determinaran Franjas (entre 1 y 3 kilómetros).
De las distintas franjas alternativas, en la etapa 4 el Ministerio de Energía deberá escoger una y proponerla al Consejo de Ministros para la Sustentabilidad. Una vez aprobada recién ahí se licitará una obra de transmisión y la empresa adjudicataria deberá definir por Ley el trazado solo en esa Franja de Territorio. Importa destacar que el EdF y su Evaluación Ambiental Estratégica no eximen a la empresa privada de cumplir posteriormente con todas y cada una de las obligaciones requeridas por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) para obtener su resolución de calificación ambiental (RCA).
En síntesis, la planificación territorial en los EdF, la sustentabilidad ambiental y la participación temprana ciudadana y de los pueblos originarios que conlleva, son una buena noticia para Chile.
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